Buenas noches, bona nit
Alcalde, miembros de la corporación, premiados, representantes sindicales, sociales, de entidades festeras, políticas y académicas, reina y damas de las fiestas de Elche, Dama de Elche Viviente, amigos y amigas:
En primer lugar, me gustaría comenzar esta intervención agradeciendo a mis compañeros y compañeras que han organizado y participado en esta gala su enorme esfuerzo y trabajo para hacer realidad uno de los actos más destacados en la agenda de la Asociación de Informadores de Elche: la Gala de los Dàtil d’Or. Por supuesto, también, en nombre de la Asociación, al grupo KOA por su fantástica actuación y a las entidades que colaboran con sus aportaciones para que este acto sea una realidad.
En esta velada, en la que los periodistas nos reencontramos con la sociedad en un ambiente más distendido del habitual, hacemos entrega de nuestros tradicionales galardones, nuestros queridos Dàtil d’Or, con más de medio siglo de trayectoria, que concedemos anualmente a personas o entidades que hayan destacado en alguna faceta en pro de Elche.
Este año hemos tenido el honor de ofrecer este reconocimiento como hemos visto a:
–Antonio Serrano Bru , Hijo Predilecto de Elche, y uno de los arquitectos más importantes de nuestra historia local, con un vasto legado que ha contribuido al diseño urbanístico de Elche como la ciudad moderna que conocemos hoy.
-La Asociación Festera de Moros y Cristianos de Elche, fundada en 1977 y declarada Fiesta de Interés Autonómico. Es una de las entidades fundamentales de las fiestas ilicitanas integrada por cientos de festeros, que cada año hacen vibrar las calles de la ciudad con su esplendor y colorido.
-Y a la nadadora ilicitana Ángela Martínez Guillén. Su décimo puesto en su estreno en los Juegos Olímpicos de París fue todo un éxito que la consolidan como una de las más firmes promesas de la natación española con 21 años recién cumplidos.
De parte de la Asociación de Informadores de Elche nuestra más sincera enhorabuena. Para nuestro colectivo es una inmensa satisfacción que personas y entidades referentes en sus ámbitos y que han llevado el nombre de Elche a lo más alto pasen a formar parte de nuestra lista de galardonados, conformada por más de 150 premiados y premiadas.
En estos tiempos convulsos que vivimos confiamos en que los valores que comparten todos ellos: la perseverancia, la cultura del esfuerzo, el emprendimiento, el talento y la ilusión sirvan de inspiración para nuestra sociedad y, especialmente, para las nuevas generaciones.
Decía que esta noche es una ocasión especial en la que los periodistas nos reencontramos con la sociedad, pero también este acto es una oportunidad para reivindicar el papel transformador y fiscalizador de los medios de comunicación ante un público que conoce bien nuestra labor a través del periodismo local.
Hace unas semanas representantes de las asociaciones de periodistas de todo el país nos reuníamos en la asamblea nacional que celebramos anualmente para tratar los principales problemas y desafíos de la profesión. Las primeras palabras que se pronuncian en este foro se repiten de forma sistemática cada año: ‘no son buenos tiempos para el periodismo’.
Lejos de mejorar la situación, las dificultades para el ejercicio de la profesión se agravan y la desinformación constituye hoy la mayor amenaza para el periodismo y la democracia, aún de forma más fehaciente desde que se utiliza desde las propias instituciones como estrategia para manipular a la opinión pública, generar crisis políticas y ganar elecciones.
Hoy sigue cobrando actualidad la cita del periodista polaco Ryszard Kapuściński: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”.
En este tiempo de hegemonía y dominio del poder digital, es crucial defender un periodismo basado en códigos éticos y deontológicos, regido por el principio de veracidad, rigor y honestidad para garantizar el derecho constitucional de la ciudadanía a recibir información veraz.
El avance de la Inteligencia Artificial en la profesión periodística y el auge de las plataformas digitales que están en contra de la regulación de contenidos y amplifican narrativas de desinformación, están modificando la forma en que se producen y consumen noticias y obligando a la profesión a adaptarse y a asumir un papel más incisivo, responsable y riguroso en la verificación de datos para evitar la difusión de informaciones falsas.
Por esta razón, como han visto en la primera parte de la gala, durante el resumen del último año, hemos querido poner el foco en la Inteligencia Artificial e invitar a la reflexión sobre su papel en la labor periodística. Como habrán supuesto, detrás de Thalia, nuestra copresentadora, ha habido un trabajo desempeñado por periodistas de carne y hueso. En este sentido, consideramos que la Inteligencia Artificial, si se utiliza de una manera estratégica, puede ser una aliada y una herramienta complementaria para automatizar procesos y generar informes basados en datos, facilitando el trabajo de los profesionales, pero nunca podrá sustituir su labor. Por razones obvias.
Para nuestro sector es clave que el Reglamento sobre la Libertad de los Medios, que han de transponer los 27 países de la Unión Europea y el Plan de Regeneración Democrática, la hoja de ruta que presentó el Gobierno español en respuesta a esa regulación, contribuyan a sanear el ecosistema mediático, protejan la libertad de prensa, y garanticen los derechos de los medios de comunicación y sus profesionales frente a las grandes plataformas digitales. Estaremos vigilantes para que así sea.
Las nuevas generaciones son las más expuestas a ese cambio en el consumo de noticias auspiciado por la rapidez con que se mueve la información y la dificultad cada vez mayor de discernir entre lo real y lo falso.
Según el último estudio de Save the Children sobre Deinformación y discursos de odio en el entorno digital, el 60% de los adolescentes utiliza las redes sociales como principal fuente de información y más de la mitad de la población adolescente no sabría identificar siempre cuándo es falsa. Además, aunque sospechen que se trata de una noticia falsa, uno de cada cuatro directamente no la contrasta. Es importante recordar que un bulo se distribuye diez veces más rápido que una información veraz.
Ante este panorama, el arma más efectiva que tenemos a nuestro alcance para combatir las ‘fake news’, las mentiras y los discursos de odio es la alfabetización mediática.
Por esta razón, conscientes de que poner en valor el papel fundamental de la información y de los medios de comunicación en nuestra vida diaria, pasa por integrar el periodismo como recurso pedagógico en los centros educativos, desde la Asociación de Informadores de Elche hemos impulsado por tercer año consecutivo proyectos de alfabetización mediática, con el respaldo de la FAPE, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, dirigidos tanto a profesores, a través del Cefire, como a estudiantes, ofreciéndoles todos los recursos de los que disponemos para preparar a una ciudadanía empoderada, informada, activa y crítica.
Más de un centenar de alumnos y alumnas de cinco institutos de Elche han asistido este curso a nuestros talleres, ofrecidos en colaboración con la concejalía de Educación del Ayuntamiento, cuyo objetivo es demostrar que el papel de los y las periodistas y de las organizaciones periodísticas sigue siendo clave para garantizar una información de calidad. Una propuesta educativa que pretendemos extender de forma progresiva a todos los institutos de la ciudad, ante el interés y la demanda que ha suscitado la iniciativa entre los centros educativos.
Sin embargo, poner en práctica los valores de la profesión y ejercer el buen periodismo sigue siendo casi una proeza: continúa el goteo de despidos, los recortes de salarios, el cierre de medios y contratos en precario, lo que obliga a los periodistas a ejercer, cada vez en más casos, en dudosas condiciones, una situación que les hace más vulnerables a las presiones y a la autocensura y, en el peor de los casos, a abandonar la profesión.
Según atestigua el último Informe de la Profesión Periodística, un retrato que refleja fielmente la situación laboral y profesional de los periodistas, la industria de los medios de comunicación y las tendencias de la profesión, la precariedad laboral sigue siendo el mayor problema de la profesión, seguida de la mala retribución del trabajo periodístico.
La precariedad en las condiciones de trabajo se ve reflejada sobre todo en la duración de las jornadas laborales, que en más de la mitad de los casos superan las 40 horas semanales permitidas por la ley.
En cuanto al grado de independencia que los periodistas españoles tienen en su trabajo, sigue sin alcanzar el aprobado: lo puntúan con un 4,8 sobre 10. Entre las causas de las presiones recibidas, figuran los intereses particulares de la empresa, las de origen político y económico y los intereses particulares de los directivos.
Y según este informe, un año más, las mujeres continúan sin incorporarse a los cargos directivos en la misma proporción que los hombres.
Somos nosotras, las mujeres periodistas, las que sufrimos mayor acoso online y lo más terrible es que, tal y como denunciaban recientemente varias periodistas en un comunicado conjunto (Almudena Ariza, Laura Alonso, Lara Escudero, y Roser Oliver, que ejercen la profesión en lugares de conflicto) este tipo de violencia se ha normalizado. Comparan los graves ataques que sufren a diario través de las redes sociales con situaciones como si al salir de casa, decenas de personas te esperaran solo para insultarte, te siguieran en la calle gritando las peores barbaridades, deseándote violaciones o la muerte. Aseguran que no son las únicas y que muchas compañeras son víctimas de esta violencia.
Este es uno de los ataques continuos al libre ejercicio del periodismo como también lo son determinadas prácticas cada vez más frecuentes hacia los profesionales: siguen los señalamientos, los vetos a medios y periodistas por parte de algunos grupos políticos, las ruedas de prensa sin preguntas, los insultos y agresiones a periodistas, la persecución en los tribunales para frenar investigaciones periodísticas, los intentos de imponer preguntas, de desprestigiar nuestra formación académica, de decidir quién es periodista y quién no, y qué es noticia y qué no.
Esta manipulación informativa pretende, desde luego, que los informadores se conviertan en meros altavoces de las manifestaciones de los políticos de distinto signo ideológico, grupos de presión o corporaciones, atentando directamente contra el libre ejercicio del periodismo y socavando la democracia al afectar de lleno a un principio fundamental de los ciudadanos recogido y protegido en la Constitución Española, el derecho a la información.
En este contexto, es preciso recordar que la prensa local es el eslabón más débil de la cadena, ya que recibe más directamente las presiones, además de que su supervivencia está directamente relacionada con los ingresos a través de la publicidad, sobre todo institucional. Cuando su labor informativa es la más importante por ser la más próxima a la ciudadanía.
Como ha demostrado la tragedia de la Dana, su papel es insustituible como servicio público, especialmente en la cobertura de emergencias, y la fuente de información más fiable y cercana a la ciudadanía. Sin embargo, también es imprescindible que se adopten medidas urgentes para garantizar su futuro puesto que coberturas informativas como ésta ha dejado al descubierto en qué situación se encuentran los medios locales y el esfuerzo titánico de los compañeros y compañeras para sacar adelante esas informaciones, con redacciones muy mermadas, casi sin personal, por la falta de financiación y la crisis del sector.
Para revertir esta situación, reivindicamos la dignificación de la profesión y que los editores de medios y los grupos empresariales adopten medidas y refuercen las redacciones para mejorar las condiciones laborales y salariales de los profesionales del sector, con el objetivo de que puedan ofrecer información de calidad.
Pero también nuestro sector debe hacer autocrítica. Los y las periodistas debemos tener muy presente que ese derecho a la información es el que tenemos que garantizar los profesionales de la comunicación, así como la función de servicio público del periodismo, utilizando los principios éticos que rigen la profesión y cumpliendo con las normas deontológicas de la misma: veracidad, rigurosidad, calidad e independencia como única fórmula posible para combatir problemas como el descrédito y la falta de confianza en los medios de comunicación.
Por supuesto, la situación es muchísimo más dramática cuando hablamos de los periodistas que ejercen su labor en zonas de conflicto donde se juegan la vida. Ciento veintidós periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, entre ellos 14 mujeres, fueron asesinados en 2024, uno de los años más mortíferos para periodistas, según la Federación Internacional de Periodistas (FIP). La mayoría de las muertes de profesionales de medios en todo el mundo ha sucedido en la guerra en Gaza. Según este informe, la impunidad de Israel a la hora de atacar a los periodistas ha convertido a Palestina en uno de los países más peligrosos de la historia del periodismo moderno. El conflicto se ha cobrado ya la vida de 175 periodistas y trabajadores de medios, la última víctima la fotoperiodista Fátima Hassouna y varios miembros de su familia a mediados de este mismo mes.
En estos tiempos inciertos para el periodismo, en los que el número de profesionales en medios tradicionales sigue disminuyendo, la buena noticia es que el horizonte laboral se abre en los medios digitales para los más jóvenes y para profesionales obligados a reinsertarse en el mundo laboral tras perder sus empleos a causa del cierre de medios, o bien para periodistas freelance.
Además, la evolución constante de la tecnología también permite ofrecer herramientas a los periodistas con la aparición de nuevos dispositivos y plataformas facilitando la creación de contenido multimedia, su difusión a través de las redes sociales y las transmisiones en directo para conseguir una experiencia más inmersiva para el espectador. Avances en los que compañeros y compañeras del periodismo local fueron pioneros y son hoy en día un referente para el sector. Esta convivencia entre los medios de comunicación tradicionales y las nuevas plataformas es crucial para seguir avanzando en la transformación digital respondiendo así al cambio de paradigma que demanda la sociedad.
Un cambio de paradigma que es indisociable de la innovación en los contenidos y en los nuevos formatos periodísticos. Para reconocer e incentivar esta innovación en el tratamiento de la información pusimos en marcha en el año 2021, en colaboración con el Máster en Innovación en Periodismo de la Universidad Miguel Hernández y el Ayuntamiento de Elche, el Premio Vicente Verdú de Periodismo e Innovación, dedicado al periodista, escritor y pintor, Hijo Predilecto de Elche.
Un galardón que cumple su quinta edición y que se ha consolidado como un referente a nivel nacional y uno de los mejores dotados económicamente, gracias a la aportación municipal.
En él participan con sus trabajos desde periodistas que están abanderando el paradigma del cambio de modelo, hasta nuevas plataformas y también profesionales de los principales medios de comunicación de nuestro país que están irrumpiendo con fuerza en el mundo de la renovación periodística. Precisamente este año ha resultado ganador el medio de información local Pamplonews, iniciativa de los hermanos Juan Andrés, Miguel y Javier Muñoz Fernández, un modelo pionero que ha sabido poner la tecnología y el diseño al servicio del periodismo hiperlocal y que es ejemplo de la perfecta sintonía entre periodismo e información local de calidad a través de las plataformas que usan los ciudadanos, utilizando fuentes locales y datos públicos en abierto para resolver las necesidades informativas de los usuarios, reforzando ese papel de servicio público.
Esa mirada al futuro de la profesión que lanzamos desde la Asociación de Informadores de Elche sólo se puede construir si avanzamos juntos y juntas como sociedad: los y las periodistas, comprometiéndonos a garantizar un periodismo basado en códigos éticos y deontológicos, siendo ejemplo del respeto por el trabajo de los compañeros y compañeras y asociándonos porque la unión nos permitirá enfrentarnos con más fuerza a los principales enemigos de la profesión; al mismo tiempo apelamos a los políticos para que abandonen la polarización y la crispación y respeten la profesión y a quienes la ejercen; y también a la ciudadanía, a quienes nos debemos, para que abogue por el buen periodismo en defensa de su derecho a una información libre y veraz.
Entre todos y todas debemos mantener el periodismo en el lugar que le corresponde para que siga siendo el pilar fundamental de la democracia. Hoy alzamos la voz con más fuerza que nunca para defender el lema que abandera nuestra profesión ‘Sin periodismo no hay democracia’.
Muchas gracias